Marchas procesionales (El Rincón del Vago)

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1. Introducción.

Como indica el título de este trabajo vamos a intentar de desarrollar esta investigación sobre Las Bandas de Música y las Marchas Procesionales, que como su propio nombre indica, las marchas procesionales, es uno de los fenómenos musicales más importantes dentro de la música de Semana Santa.

En esta breve introducción hablaremos sobre la zona en la que se festeja o localidades de las cuales procede la música en cuestión, así como la época del año, el tipo de manifestación, etc.

Pues bien, las marchas procesionales se escuchan sobre todo en Semana Santa cuya fecha suele rondar entre final de Marzo y principios de Abril, aunque se conoce y es cierto que los cofrades o capillitas (que nos consideramos los componentes del grupo), las escuchan durante todo el año gracias a la gran variedad de grabaciones editadas por las bandas de música andaluzas y españolas. También hay que decir aquí que los cofrades no solo se limitan a escuchar grabaciones en cd sino que también están los conciertos ofrecidos por las bandas de música, los videos, las fiestas patronales, procesiones de gloria y sobre todo los desfiles procesionales de Semana Santa, en cuyos desfiles las distintas bandas van interpretando sus distintos repertorios, como por ejemplo, en el desfile de la Virgen de la Cinta, la procesión de la Borriquita un Domingo de Ramos, e incluso las bandas de músicas animan otras fiestas como los toros y de pueblos, y sobre todo en desfiles militares.

Las marchas procesionales son un género musical que en los últimos años está rebasando fronteras nacionales e internacionales, como vemos un claro ejemplo en las bandas de música alemanas, utilizando las marchas procesionales en sus repertorios llegando las marchas a interpretarse en Orquestas Filarmónicas incluso grabándose, como en el disco “ Semana Santa “ de Juan Lebrón.

Aunque lo que es cierto es que esta música donde cobra mayor importancia es en Andalucía, nuestra tierra, especialmente en Sevilla, Cádiz y Huelva, que son los centros de composición musical cofrade más importantes.

Después de esta breve introducción vamos a pasar a los que es el trabajo en si, el cual vamos a comenzar hablando sobre los distintos puntos de las bandas de música y después sobre las marchas procesionales.

2. Las Bandas de Música.

Tras consultar en varios libros y enciclopedias no está muy claro las fechas de origen de las bandas ya que unos dicen que son del Siglo XV, otros del XVI, y otras fechas, pero la mayoría de los autores rondan el mil setecientos, y todos coinciden en que la banda es una agrupación o asociación de músicos de viento y percusión, según Ricardo Dorado, prestigioso músico militar gallego, por el estudio de diversas partituras de los años 1750 a 1815 la banda se componía de percusión con platillos, bombo, tambor y triángulo; y la parte de viento (esto es totalmente discutible ya que según este autor habla de instrumentos los cuales todavía no se habían inventado) la formaban clarinetes, oboes, fagotes, clarines, flautas y serpentón.

Los datos escritos sobre la participación de las bandas de música en la Semana Santa de Sevilla que hemos hallado figuran en dos escritos conservados en el Archivo Municipal de la capital hispalense fechados el diecisiete y veintiuno de Marzo respectivamente de 1864, en estos archivos el Alcalde comunicó al director del Asilo de San Fernando haber concedido a las hermandades de Nuestro Padre Jesús del Silencio y a Montensión la Banda de Música de ese establecimiento que U.S. tan dignamente administra, quedando el pago que corresponde al Asilo de San Fernando totalmente dispensado.

Salvo casos aislados, dentro de las procesiones de Semana Santa, las bandas de música acompañan al paso de la Virgen, conocidos como los pasos de palio, Dichas bandas suele rondar entre cincuenta y setenta miembros, salvo las que incorporan cornetas y tambores que suelen rondar los ochenta miembros, siendo la plantilla ideal alrededor de lo noventa y cinco miembros en la Banda Sinfónica, unos sesenta para las bandas medianas y unos cuarenta para las bandas pequeñas.

Inicialmente las bandas de música eran militares, e incluso denominando banda a la banda del ejercito de cornetas y tambores. Todo lo contrario fue lo ocurrido con las bandas de cornetas y tambores ó con las agrupaciones musicales de Semana Santa que fueron duramente criticadas por el empleo de instrumentos poco apropiados como gaitas, xilófonos, etc., e interpretar piezas ajenas al ambiente cofrade, pero por fortunas ambos errores fueron corregidos y las hermandades comenzaron a contratar las nombradas y criticadas bandas.

Viendo que de unos años a esta parte las bandas de cornetas y tambores están tomando mas importancia que las agrupaciones musicales en los desfiles de los pasos de Cristo. Otro aspecto en las bandas de música es que su evolución ha sido muy lenta en su composición destacando la variedad de marchas procesionales y su interpretación que cambia según la banda y el director, y otra innovación es la incorporación de cornetas y tambores en algunas bandas de música.

También hay que resaltar, aunque en el video se verá mejor, la situación de las distintas posiciones de los instrumentos dentro del conjunto musical de la banda. La banda de música en la calle van desfilando primero las cornetas (siempre que las lleve claro), después la percusión que consta de caja, bombo y platillo, pero algunas bandas incorporan instrumentos como castañuelas, cascabeles; después viene la sección del viento metal con trompetas, trombones, tubas y bombardinos; y por último el viento madera con saxos, clarinetes fagotes, oboes y flautas traveseras, esta es lo más normal.

En el otro caso que vamos a ver que son las bandas de música en los conciertos, llevan los mismos instrumentos pero al revés, primero el viento madera, luego el viento metal, y atrás del todo la percusión, pero aquí además de los instrumentos que antes nombramos algunas llevan unos timbales de grandes dimensiones; En los conciertos las cornetas y la pequeña percusión como los cascabeles de colocan a la izquierda y los instrumentos nuevos como los de cuerdas, instrumentos que algunas bandas están metiendo en los concierto como novedad, se colocan a la derecha.

3. Alejamiento de las Bandas Militares de los desfiles procesionales sevillanos.

Al hablar de la historia de las bandas de música y las marchas procesionales, es obligatorio referirse a un periodo de seis años los cuales las bandas militares permanecieron alejadas de los desfiles procesionales. Este acontecimiento viene precedido de dos incidentes en la Semana Santa de 1978 en Sevilla implicando a músicos militares.

En la salida de la famosa hermandad de la Macarena un individuo con síntomas de intoxicación etílica zarandeó al brigada Luis Fernández Gallardo, responsable de la parte de cornetas y tambores de la Banda de Música Soria 9; y por otra parte en un punto de paso de ese trayecto ten famoso denominado Carrera Oficial un miembro de la Banda de Música de Aviación protagonizó otro incidente de similares características.

A los hechos ocurrido, Pedro Morales ( director de la B. de M. Soria 9 ), cursó el informe correspondiente al capitán general de la Región Sur, Pedro Merry, el cual publicó un comunicado aconsejando a las bandas de música militares que no acudieran a desfiles procesionales, y en él ejercito ya se sabe que aconsejar es ordenar.

Al año siguiente tras la imposibilidad de no poder contar con bandas de música como Soria 9 y Aviación, las hermandades afectadas tuvieron que buscar y contratar otras formaciones de menor categoría, intentando dichas hermandades que el escrito perdiera vigor ante el panorama tan desolador que se avecinaba, obteniendo un resultado negativo tales reclamaciones.

Ese fue el principal motivo por el cual sus responsables sugirieran al comandante Pedro Morales la posibilidad de que la banda volviera a acompañar a sus imágenes, aunque fueran uniformados con ropa de paisano, por lo tanto en Semana Santa Sevillana no se podía permitir el alejamiento de bandas de dicha categoría y carisma, cuando en 1980 las peticiones encontraron vía libre.

A partir de 1980 volvió la histórica formación de Soria 9, con el nombre de María Inmaculada, a los desfiles procesionales. Formula que no fue aceptada pero el director de la Banda de Música de Aviación, Salvador Serna Serna, supo mantener al margen la banda de las actividades cofradieras. A partir de este momento tuvieron que pasar seis largos años para que la situación se normalizara y volviese todo el esplendor que vivimos en nuestros días en lo que respecta a música cofrade.

4. La música cofrade transcrita a orquesta.

Este es un hecho surgido en la década de los noventas el cual queremos resaltar, ya que creemos que puedes ser importante en el avance de la música cofrade, con todas aquellas iniciativas llevadas a cabo para introducir las marchas procesionales al ámbito orquestal. Se pretendía apreciar el colorido de estas marchas con otros instrumentos.

La iniciativa partió de Sevilla en la persona de Juan Lebrón, donde en su película “Semana Santa” dirigida magistralmente por Manuel Gutiérrez Aragón, eligió par la grabación de la banda sonora la orquesta británica “The London Philarmonic” que estuvo dirigida por Antón García Abril.

En este trabajo se interpretaron marchas como “Pasan los Campanilleros”, “Estrella Sublime” ó “Amargura”, entre otras, destacando que no todas las marchas se grabaron integramente, una de las que se respetaron de forma integra fue “Esperanza Macarena” de Pedro Morales.

La marcha “Soleá dame la mano” fue la mas perjudicada al caer esta marcha en el fácil recurso del folclorismo perdiendo la marcha gran parte de su belleza y su identidad.

Hacia los años 1996/1997 vio la luz otro magistral trabajo musical cofrade, a cargo de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que grabó integramente doce composiciones elegidas, las cuales fueron:

  • Nuestro Padre Jesús de las Penas (A. Pantión).

  • Pasa la Virgen Macarena (P. Gómez).

  • Procesión de Semana Santa en Sevilla (P.Marquina).

  • Corpus Cristis (Anónima).

  • Mª. Stma. del Dulce Nombre (Lerate).

  • Virgen de la Paz (P. Morales).

  • Virgen del Valle (G. Zarzuela).

  • Estrella Sublime (López Farfán).

  • Esperanza de Triana Coronada (J. Albero).

  • La Madrugá (Abel Moreno).

  • Virgen de las Aguas (S.R. Castro).

  • Coronación de la Macarena (P. Braña).

Así comenzó y hoy en día continua este género cofradiero musical en torno a las marchas procesionales el cual se está abriendo a marchas de bandas de cornetas y tambores y agrupaciones musicales, ambas de cristo, como en trabajos como “Tiempos de Adagios” y “Paso de Cristo”; y tanto en música de Cristo como en marchas de palio esta obteniendo buena critica.

5. Marchas Procesionales.

5.1 - Origen e Historia.

Hasta hace poco se creía que la marcha “La Quinta Angustia” de José Font Marimón, fue la primera marcha procesional escrita para la Semana Santa, se discute si la marcha es de 1891 ó 1895, pero al respecto, en el archivo de Enrique García Muñoz, directo de la Banda de Música de la Cruz Roja,se comprueba la existencia del guión de la marcha “Corona de Espinas” dedica por el presbítero Manuel Lerdo Tejada a la Hermandad del Valle, creyéndose que ambas marchas son de 1895, según el archivo. También otros datos nos hablan que ya en 1864 figuraban las bandas de música en los cortejos procesionales sevillanos interpretando marchas fúnebres.

Así un cuarto de siglo antes de la aparición de la marcha “La Quinta Angustia” el diario “El Porvenir” publicó el 26 de Marzo de 1871 una noticia la cual hablaba sobre la Banda de Música del Regimiento de Málaga, la cual acompañaría a la Hermandad de Monserrat en su desfile procesional tocando dos piezas de Manuel de Robles y Elías, estas piezas son “El Perdón” y un Stabat Mater.

El mismo diario en esa misma fecha hablaba sobre Rafael Cebreros y Bueno -pianista cordobés avecinado en Sevilla desde niño- es el primer compositor de marchas procesionales andaluz que se conoce, interpretándose una “Marcha Fúnebre” de este compositor en el desfile de La Quinta Angustia en marzo de 1891, interpretadas por Soria 9 dirigida por el Sr. Font, existiendo datos discutibles de los cuales se creen que en el desfile del Santo Entierro de 1871 se tocó la misma marcha.

En la primera época de acostumbraba a llamar a las composiciones musicales como Marchas Fúnebres, lo que motivó que, para distinguir unas de otras, hubiese que acudir al nombre de la hermandad o imagen a quien estaba dedicada la composición, así que José Font Marimón dedicó en 1895( esto es discutible) a la Hermandad de La Quinta Angustia la marcha “La Quinta Angustia”.

El 20 de marzo de 1897 Ramón González, músico del Batallón de Cazadores de Segorbe, firma la partitura “El Señor de Pasión” dedicada al Cristo de Pasión, esta marcha sería grabada un siglo más tarde por la Banda de Música Nuestra Señora de la Oliva de Salteras.

5.2 Música procesional de la primera época.

Según la opinión de expertos como Abel Moreno y Francisco Melguizo, en los desfiles cofrades hispalenses inicialmente se interpretaban adaptaciones de marchas fúnebres de autores clásicos junta a otras de carácter fúnebre que no se relacionaban con la música religiosa, como es el ejemplo de Manuel Font Fernández que adaptó el aria de la opera italiana de Enrique Petrella, “Ione”, única de las marchas de ese estilo que junto a la Marcha Fúnebre de Chopín se siguen interpretando hoy en día.

Más datos sobre las marchas procesionales de primeros de siglo se escriben el 19 de febrero de 1901 en el “Noticiero Sevillano”, el cual habla de la interpretación de marchas como “Amargura” de Benito Hernández y dedicada a la Hermandad de San Juan de la Palma; y junto a esta noticia otra sobre la Banda del Regimiento de Granada dirigida por Francisco Serra, interpretando “A Jesús de la Pasión” de Joaquín Turina, “Esperanza” del Sr. Farfán, “La Coronación” de Lerdo de Tejada y “Las Tres Caídas” del Sr. Castillo. Este mismo diario en 1904 en marzo publicaba un articulo sobre las Bandas de Soria 9 y del Regimiento de Granada y la rivalidad musical entre la misma.

Otro dato interesante es la incorporación de cornetas y tambores a la Banda de Soria 9 por la música de primera Soler, aunque no fue un acierto total, ya se cultivaba ese estilo antes de que Manuel López Farfán escribiera “Estrella Sublime”. También hay que decir que en Cádiz ha aparecido una partitura con fecha de 1906 en la cual el jerezano Germán Álvarez Beigbeder compone una marcha con cornetas titulada “Virgen del Rosario”

En 1912 Soria 9 interpreta una marcha fúnebre “A la memoria del General Chinchilla” cuya marcha según Abel Moreno fue compuesta por Guillermo Fernández, trompeta y directo de la banda entre 1906 y 1914. en 1913 el “Noticiario Sevillano” publica que la Banda Municipal estrenará dos marchas fúnebres, una “Benigne” de su director el Sr. Font y otra de Eslava “Miserere”.

Para terminar en 1913 subsistía la costumbre de adaptar obras clásicas a marchas procesionales, como Manuel López Farfán hizo con la célebre obra wagneriana, cuya partitura se conserva en el archivo de Enrique García Muñoz.

5.3 Larga y fructífera singladura.

Antes de alcanzar el máximo esplendor y admiración de los andaluces, el género de marchas cofradieras tendría que recorrer un largo trayecto, con un principio lento pero con una progresión admirable con el paso de los años, gracias a la labor de los innumerables músicos que intervinieron en este acontecimiento.

5.4 Los adelantados del género.

A parte de la cantidad de músico que hemos citado e incluso nuevos que se citaran en algún momento, hay que hacer una mención especial a uno de los pioneros del género, Manuel López Farfán, compositor y político, fue el personaje con mas marchas escritas hasta que Pedro Braña llega a Sevilla.

Manuel López Farfán pasó a la posteridad como autor de dos de las marchas más emblemáticas del panorama cofradiero, “Pasan los campanilleros” en 1924 y “Estrella Sublime” en 1925, composiciones que no han perdido importancia en nuestros días incluso figuran con letras de oros en el catálogo de honor de la música cofrade. López Farfán escribió su primera marcha en 1899, “Esperanza”, sería su primera marcha netamente cofrade, con intención de dedicarla a la Virgen Macarena, pero por motivos desconocidos no pudo llevar a cabo su intención.

La marcha “Pasan los campanilleros” fue dedicada por el maestro a la Hermandad de las Siete Palabras, y la letra de los campanilleros es original del capitán del Regimiento de Soria don Antonio Olmedo que escribió los verso tras conocer la partitura y de ahí la irregularidad de la misma

Tras su periodo en España, el 22 de febrero de 1919 Manuel López Farfán accede al cargo de músico mayor de Soria 9, donde cosecharía grandes éxitos dentro de la música procesional. Diciendo los periódicos que “Pasan los campanilleros” es una partitura pletórica de inspiración, instrumentada con maestría, con portentosas, emocionantes e ingenuas notas y con la sencillez de los campanilleros.

López Farfán busca nuevos caminos, formas, e intenta expresar sus inquietudes, así pues, por su condición de músico, crea un estilo de marcha procesional hasta entonces inimaginable para los sevillanos y para los demás compositores incluidos los militares. Su estilo crea escuela y es seguido por muchísimos músicos cofrades, y en 1925 llega “Estrella Sublime” con una magistral introducción de cornetas y tambores siendo esta marcha otra de las obras grandes de la música procesional de todos los tiempos.

Con López Farfán los pasos se empezaron a mecer de una forma mas partículas y desconocida hasta entonces, el ritmo se avivó y se mide la dimensión de las mecidas, llegando una explosión de luz, armonía y color a la Semana Santa de Sevilla y sobre todo el paso de palio fue mecido al compás de acordes maravillosos y triunfales.

Un aspecto importante de Manuel López Farfán es que antepuso la grandeza de la Virgen María su gloria y grandeza a la magnitud del dolor de la pasión de Cristo.

Camila Figueroa, primera mujer de las que se tiene constancia que ha compuesto música cofrade procesional, entre su marchas destacamos “La Lanzada” en 1902, “Desamparado” en 1904 y “Descuensuelo” interpretada en 1913 por la Soria 9.

5.5 “Amarguras” la leyenda.

En la segunda década se tiene constancia de las marchas de Manuel Borrego como “Entre Sayones” en 1918, y de Manuel Font y de Anta que son “La Caridad” en 1915 y “Amarguras” en 1919, esta es la marcha más admirada por los sevillanos, siendo el pueblo quien con el paso de los años la singularizó y comenzó a llamarla “Amargura”, era tal la admiración que se le tenía a esta marcha que fue considerada como el himno oficial de la Semana Santa.

Esta marcha, “Amargura”, es sin duda una de las marchas más representativas en la Semana Santa, nunca había alcanzado una marcha tal popularidad incluyendo él numero elevado de composiciones que existen, pues “Amargura” es una de las más populares dentro de la Semana Santa hispalense, ya que según Abel Moreno es una marcha que define íntegramente todos los sentimientos cofrades sevillanos.

5.6 Hechos destacados de los años treinta.

Es una década marcada por varios hechos importantes, por una parte el asesinato de Manuel Font y de Anta, músico idolatrado por la marcha “Amargura”; y por otra parte Manuel López Farfán escribió sus cuatro ultimas marchas que fueron:

  • Semana Santa Mayor ó Pasión y Muerte de Jesús, en 1935.

  • Impresiones del Jueves Santo, en 1938.

  • La guardia sobre los luceros, en 1938.

  • Cristo de la Salud, en 1939.

A parte de estas marchas se compusieron otras de Manuel Borrego como “Mater Lacrimosa” en 1930, “Jesús y María” en 1931, “IV Dolor” en 1937 y “VI Dolor” en 1938; otro autor fue José Castillo Díaz directo de la Banda Municipal de Sevilla que compuso “Camino del Gólgota” en 1938 y Jacinto Guerrero compuso para la Hermandad de San Nicolás “Virgen de la Candelaria” en 1938, pero los días donde se masificaría la producción de marchas procesionales aún quedaban muy lejos.

Pero en los años treinta la marcha que reinó en esta década fue “Nuestro Padre Jesús” compuesta en 1935 por Emilio Cebrián, director de la Banda Municipal de Jaén. Esta marcha es una hermosísima obra cofrade que aquellos que desconozcan su procedencia no se imaginarán su que hubiese visto la luz en Sevilla. Esta macha, al igual que pasó con “Amargura” en Sevilla, “Nuestro Padre Jesús” es el himno de Jaén de la Semana Santa, incluso en el trío final el autor incluye como contrapunto un fragmento del himno oficial de la ciudad.

5.7 La década de los cuarenta.

Viene marcada por la desaparición de varios compositores de elevado renombre, en junio de 1940 se recuperan los restos de Manuel Font y de Anta para trasladarlos al cementerio de San Fernando en Sevilla. En 1943 fallece Manuel Font Fernández de la Herrán, famoso por “Expiración” y la trascripción de “Amargura” para orquesta, también dirigió la Banda Municipal de Sevilla entre 1895 y 1932.

En 1943 también fallece Emilio Cebrián, célebre por la marcha “Nuestro Padre Jesús”, y en 1944 se le da el último adiós a Manuel López Farfán, conocido como el “Genio de San Bernardo”.

En 1948 fallece en Madrid Pascual Marquina, autor de “procesión de Semana Santa en Sevilla” y Joaquín Turina muere en el mismo año en Madrid.

En esta década aparecen marchas como, “María Santísima de los Dolores” en 1945, “Angustias” en 1945 y “María Santísima de las Tristezas” en 1949, de Pedro Braña las tres; de José Martínez Peralto “Hiniesta” en 1941, “Esperanza de Triana” entre 1940 y 1941 y “Cristo de la Buena Muerte” en 1943. Juan Vicente Mas Quiles, músico valenciano y director de Soria 9, compuso “Esperanza Macarena” en 1948 y “Entrada en Jerusalén” en 1949; Luis Lerate, catedrático de violín en el Conservatorio de Sevilla, compuso en 1948 “Santísimo Cristo del Buen Fin”.

Manuel Borrego compone “Nuestra Señora de Regla “ en 1943, “Cristo de Vera Cruz” en 1945, “Nuestra Señora de la Salud” en 1948 y “ Varal de los Dolores” en 1949; y Pedro Gámez Laserna en 1949 compone “ Saetas Cordobesas” antes de afincarse en Sevilla.

Por contra Vicente Gómez Zarzuela compuso en 1945 “Saeta” segunda y última marcha procesional desconocida en Sevilla.

5.8 La década de los cincuenta.

En los años cincuenta comienza el “boom” de la música procesional sevillana, aumentando el número de composiciones, siendo veintiséis las composiciones de las cuales solo “ Virgen de las Aguas” (1953) de Santiago Ramos Castilla y “Pasa la Virgen Macarena” (1959) de Gámez Laserna, pudieron alcanzaron el estrellato.

La marcha “Virgen de las Aguas” tuvo bastante repercusión en Sevilla, ya que el compositor supo seguir la línea trazada por López Farfán y crear una marcha en ese estilo, incluyendo cornetas y la completó con un trío brillantísimo. Lo desagradable en este caso es que el autor por desgracia abandonaría el mundo de la música en 1957 victima de un infarto, en brazos de su paisano y compañero Francisco Barril.

Los cincuenta se caracterizan por su actividad a la hora de componer al escribir muchas marchas como las de Pedro Braña que escribió “María Santísima de la Merced” en 1951, “Santísimo Cristo de la Expiración” en 1952, “Nuestra Señora del Patrocinio” en 1953, “Nuestra Señora del Rosario” en 1954, y “Virgen del Socorro” y “Santísimo Cristo del Amor” en 1959; también destaca José Martínez Peralto con “Madre de Dios de la Palma” en 1954 y “ Virgen del Amparo” en 1956; Germán Álvarez Beigbeder dedicó en 1956 a la Hermandad del Cachorro “ Cristo del Cachorro”; Antonio Patión en 1955 estrena “Monserrat” y “Siete Palabras”.

5.9 La década de los sesenta.

En 1960 José Martínez Peralto compone “Hiniesta Coronada”, la ultima de sus marchas catalogadas, que escribió para la coronación de su Virgen Hiniesta que aún tardaría varios años en celebrarse. Pese a ello, llegado el momento, seria José Albero quien recibiría el encargo de componer la marcha conmemorativa de tan señalado acontecimiento; José Berenguer, músico jerezano afincado en Rota, “Viernes Santo sevillano”; Manuel Mejias subdirector de la Banda del Maestro Tejera, repitió con “Mi Macarena”; Antonio Pantión, firmó “Nuestra Señora de los Ángeles”; su cuarta marcha procesional; Marcelina Fortunati, segunda de las dos mujeres que hasta entonces escribieron música cofradiera, “Virgen de los Desamparados” marcha estrenada por la Banda del Maestro Tejera y de la que nadie conoce el paradero de la partitura, y Manuel Gómez de Arribas “Aquella Virgen”, airosa marcha de puro sabor andaluz que estrenó en Malaga y triunfó en Sevilla..

En el 1961 Pedro Gómez Laserna compone “Maria Santísima del Subterráneo”; Pedro Braña “Virgen de la Presentación” y José Maria Mancha “Roció del Cielo”, marcha que vio la luz a instancias del canónigo sevillanao Eugenio Hernández, a la sazón rector de la Iglesia de Santiago, amigo y condiscípulo en el seminario de Plasencia del autor de la marcha. José Maria y Mancha era un sacerdote extremeño, beneficiario y maestro de capilla de la Catedral de Madrid, que falleció en un accidente de automóvil.

En 1962 aparecen dos nuevas marchas de Pedro Gómez Laserna: “Victoria y Paz” y “Nuestra Señora del Socorro”. Pedro Braña estrena “Madre de Dios de la Palma”; el violinista Fernando Oliveras “Caridad”, que dedica a la dolorosa del Baratillo; el músico visueño Juan Santos, que veintiún años mas tarde se haría muy popular con “Encarnación de la Calzada”, “Satisfacción Póstuma”, compuesta en memoria de su abuelo, y el maestro Tejera “Gracia y Esperanza”.

En los años 1963-1964 el músico jerezano Germán Álvarez Beigbeder titulada “Nuestra Señora de la Paz”, según sus hijos José Maria y Germán. Tan solo dos marchas se conocen en 1964 ambas firmadas por Pedro Braña: “Nuestras Señora de Montserrat” y “Conoronación de la Macarena”.

En los años 1966-1967, Pedro Braña compone otras dos marchas “Cristo de las Misericordias” y “Nuestras Señora de Villaviciosa”, mientras que un miembro de su banda, Manuel Rodríguez Ruiz, conocido por “Campolo” debuta en el género con “Juan XXIII”, Pedro Gómez Laserna compone y estrena su soberbia composición “El Cachorro” (Saeta Sevillana). Por su parte, el profesor de la Banda Municipal, Manuel Rodríguez Ruiz, escribió “Soledad” y “Cristo de la Salvación”.

En 1968-1969 Pedro Morales estrena “Esperanza Macarena”, la década se cierra con la aparición de las cinco marchas siguientes: “Nuestra Señora del Patrocinio” y “Estrella de Triana”, las dos primeras que Pedro Gómez Laserna escribe tras ser sustituido al frente de la Banda del Soria 9 por Pedro Morales, “Jesús de la Salud”, de Pedro Braña; “Nuestra Señora de la Encarnación”, original del popular fraile capuchino José Campano, y “Esperanza de Triana”, de Manuel Rodríguez Ruiz.

La década de los setenta.

De las 46 marchas compuestas en la década de los setenta, cuarenta llevan la firma de los autores más prestigiosos. De ellas, diecinueve son de José Albero, algunas de la calidad de “Cristo de la Buena Muerte” (1974), “Hiniesta Coronada” (1975), “Refugio de San Bernardo” (1976), “Jesús del Gran Poder” (1078), soberbia composición, regia y solemne, cada vez mas admirada en Sevilla, o “Trinidad”, compuesta en 1979.

“Tus Dolores son mis Penas” fue la marcha que interpretó la Banda Municipal de Sevilla mientras su Santidad el Papa Juan Pablo II firmaba en el libro de honor del Ayuntamiento de Sevilla, y después siguieron marchas como “ Esperanza Trinitaria”, “Virgen de las Penas”, entre otras.

Pedro Morales firmó seis marchas las cuales fueron “Virgen de Montserrat” en 1970, “Virgen de la Paz” en 1971, “Virgen de los Negritos” en 1972, “Cristo del Humilladero” en 1973, “Virgen de la Encina” en 1974, y “Virgen de las Angustias” en 1978.

Pedro Gámez Laserna compuso “Virgen de la Estrella” en 1970, “Sevilla Cofradiera” en 1972, “ Cristo de la Sed” en 1974, “Soledad de Castilleja” en 1975 y “Nuestra Señora de los Ángeles” o “Ángeles Cister” en 1978.

Pedro Braña compuso “Nuestra Señora de la Encarnación”, “Asunción de Cantillana”, y “Jesús de la Salud”.

Otro aspecto de estos años fue el debut de compositores como Enrique García Muñoz, Julio Páez, Miguel Quirós, Juan Manuel Plata y Rafael Ruiz Ame.

5.10 La década de los ochenta.

Se abre seta década con dos concursos de marchas procesionales organizados por el Ayuntamiento de Sevilla, propuesto por el director de la Banda Municipal de la ciudad, José Alberto Francés, y apoyado por el concejal andalucista y delegado municipal de Cultura, José Luis Ortiz Nuevo, programado para realizarse en el Teatro Lope de Vega en 1980, cuyo jurado lo componían José Luis Ortiz Nuevo, José Alberto Francés, Pedro Morales, Miguel Quirós y José María Benavent. Resultó ganadora la marcha “Cristo del Amor” de Manuel Berná, dotada con doscientas mil pesetas de premio.

En el segundo y último concurso celebrado en 1981, el jurado fue, José Luis Ortiz Nuevo, José Alberto, Salvador Serna Serna, Miguel Galduf y Luis Blanes, ganando la marcha de Pedro Morales Muñoz “Virgen del Refugio”.

En estos años destaca la figura de José Alberto con diecisiete títulos, entre los cuales destacamos “Esperanza de Triana Coronada”, “Pasión”, “Cristo Dialogante” y “Cristo de la Expiración”.

5.11 La década de los noventa.

En esta década se sigue en la misma línea que en los ochenta, además de la aparición de innumerables composiciones de marchas transcritas a orquesta y sobre todo la figura de Abel Moreno, director de Soria 9 desde 1984 hasta 1996 y actual director de la Banda de Música del Regimiento Inmemorial del Rey Nº 1, compositor de marchas como:

  • Hermanos Costaleros.

  • La Madrugá.

  • Lloran los Clarines (en memoria de Paquirri).

  • Macarena.

  • Virgen de los Estudiantes.

  • Inmaculada Madre de la Iglesia.

  • Madre de Dios del Rosario.

  • Esperanza de la Trinidad.

Un hecho también importantísimo de esta década es la aparición de nuevas bandas de música como la Banda de Música de Dos Hermanas, Banda de Música Julián Cedran de Sanlúcar de Barrameda, Banda de Música Nuestro Padre Jesús de la Pasión de Rota, Banda de Música Sociedad Filarmónica de Pila, etc.....

6. Diferentes estilos de marchas procesionales.

Existen tres estilos de marchas procesionales bien diferenciados actualmente que son los siguientes:

  • Marchas fúnebres.

  • Marchas de palio, marchas mas alegres.

  • Otro distinto de los anteriores, pero más cercano al estilo fúnebre.

Cada estilo tiene sus seguidores según las preferencias de cada persona, los que prefieren el estilo fúnebre, consideran inadecuadas las marchas de interpretación más rítmica y alegre en los desfiles procesionales. Tampoco menos los que tiene predilección por las marchas de palio. En cuanto a las hermandades las mas serias imponen en sus desfiles la interpretación de marchas fúnebres; mientras que las hermandades de carácter más alegre prefieren las marchas de palio.

Las marchas denominadas fúnebres son de carácter lento, corte triste y carece de partes concretas. Sus muestras más tradicionales son tres títulos muy apreciados por las cofradías de carácter serio, de luto o triste, estos títulos son “Ione” de la adaptación de Manuel Font Fernández de la opera italiana del mismo nombre; “Virgen del Valle” de Vicente Gómez Zarzuela, y “Jesús de las Penas” de Antonio Patión, entre otras muchas.

Entre las que se denominan marchas de palio, surgen a partir de dos marchas que es una institución que son “Pasan los campanilleros” y “Estrella Sublime” de Manuel López Farfán, ambas revolucionaron el estilo de música cofrade que se venía realizando en Sevilla en aquella época. En las marchas de palio el ritmo se aviva y la melodía transpira un aire jubiloso y triunfal que no se desprende de lo fúnebre. Hay marchas de palio que llevan cornetas incluidas y otras que no, siendo los demás instrumentos transmiten gran brillantez y alegría., entre las marchas de palio mas destacadas tenemos, “Virgen de las Aguas” de Santiago Ramos, “Esperanza Macarena” de Pedro Morales, y por otra parte tenemos “Hermanos Costaleros” y “M acarrean”de Abel Moreno y “Roció”de Manuel Ruiz Vidriet, estas tres ultimas son algunos ejemplos de marchas de palio con cornetas, pero decir que estas marchas que nombramos aquí son solo un ejemplo entre el gran catálogo de títulos existente.

Con respecto a las marchas del tipo intermedio hay que aclarar que normalmente son lentas y triste, pero sus melodías transmiten belleza y dulzura tan cautivadoras, que conectan de inmediato con la sensibilidad del que las escucha. Siendo sus mas claros ejemplos la marcha “Soleá dame la mano” de Manuel Font y de Anta y “La Madrugá” de Abel Moreno.

Ahora vamos a pasar a comentar una marcha de cada clase.

“Virgen del Valle”.

Es esta composición, una autentica joya del género que, por su sensibilidad y belleza, es un fiel exponente de la exquisitez artística de su autor, nos referimos a Vicente Gómez Zarzuela.

Gómez Zarzuela compuso “Virgen del Valle”, en memoria de su gran amigo, el barítono Alberto Barrau, ahogado en el río Guadalquivir al caerse de una vapora de las que antaño surcaban por las aguas de dicho río. Así pues, la marcha, es una pieza desceptiva de aquel momento, reflejando la importancia que Gómez Zarzuela sentía al ver como su amigo perdía la vida en las enfurecidas aguas del Guadalquivir.

“Virgen del Valle”, data del año 1898, es pues una de las marchas procesionales mas antiguas que se conocen, fue estrenada el 7 de Abril de 1898 por la Banda del Regimiento de Granada 34, que por aquella época, dirigía Francisco Serra.

Tras esta introducción pasamos ya a comentar la marcha, es una pieza lenta, fúnebre, en la tonalidad de Do m; es ésta, una tonalidad que se presta a una música melancólica y triste. Su comienzo es iniciado por el viento madera con un contrapunto de instrumentos más graves en piano dulce. Esa línea melódica se rompe fuertemente por su acorde tutti de la orquestación.

Tras esta introducción, aparece un tema dulce, expresivo, legato en el viento madera , mientras que el viento metal hace un mismo diseño de negra ascendente. De igual modo que la introducción, ésta línea melódica es fuertemente golpeada por un acorde en tutti de la orquestación, y a partir de aquí comienza un diseño rítmico consistente en un primer golpe en la parte fuerte del compás con una negra en las tubas, resuelto por un esquema de tresillo de corcheas y blancas en el acompañamiento.

Así se inicia el tema A que consta de 32 compases que se reexponen, para desencadenar en una coda modulante, donde aparece el tema B, en el cual se expone todo lo contrario a lo anterior.

Su melodía, acompañamiento y bajo es en el matiz de FF; en el centro aparece una inestabilidad, producida por unos acordes en figuración de corcheas sueltas, que nos va a llevar a una cadencia de dominante para de una forma fuerte y en su acorde de corcheas, cortar enérgicamente en su parte fuerte del compás, dicho tema B, produciendo este efecto una gran tensión musical.

Vuelve la obra, de una forma solemne, con elementos de ambos temas (A y B) a producir una coda final conclusión utilizando el acorde domimamte y tónica de DO m, produciendo una cadencia perfecta de dicha tonalidad.

“Pasan los Campanilleros”

El carismático músico militar sevillano Manuel López Farfán, es uno de los pioneros en la composición de marchas procesionales y el primero en completar el mayor repertorio de ese estilo en la Historia del género en Sevilla y Andalucía. Asimismo, fue el único innovador que ha tenido la marcha cofradiera sevillana, Manuel López Farfán pasó a la Historia como autor de dos marchas tan emblemáticas como “Pasan los Campanilleros” y “La Estrella Sublime”, dos composiciones que no han perdido vigencia con el paso de los años y figuran inscritas en el catálogo de honor de la música procesional andaluza con letras de oro.

Tras un largo periplo por España, el 22 de Febrero de 1919, Manuel López Farfán accede al cargo de músico mayor de la Banda del Regimiento de Soria nº 9, al frente de la que cosecharía sus más sonados éxitos en el género de la música procesional.

La marcha “Pasan los Campanilleros”, cuyo autor evidentemente es Manuel López Farfán está dedicado a la cofradía de las Siete Palabras, de San Vicente, que procesiona el Miércoles Santo.

“Pasan los Campanilleros” es una preciosa partitura de tónica de inspiración, instrumentada con singular maestría en la que se recogen de manera portentosa las notas emocionantes y sencillas de los tradicionales campanilleros.

Una aclaración:

En Sevilla había quienes creían que “Pasan los Campanilleros” no se interpretaba con anterioridad a 1996 en la carrera oficial por expresa prohibición del Consejo General de Cofradías, además añadían que la marcha que vetada a instancias de la autoridad eclesiástica por considerarla excesivamente folclórica y poco adecuada para ser tocada en los desfiles procesionales. Sin embargo, parece ser que todo esto solo se trataba de rumores; aún así, hay testimonios que acreditan el que la Iglesia sancionaba con multas económicas y cierres de templos a todas aquellas hermandades que utilizaran esta marcha en sus desfiles. Hoy afortunadamente podemos escuchar esta preciosa marcha, en todo su esplendor en cualquier hermandad (siempre y cuando la hermandad pida que suene la marcha), e interpretada por cualquier banda de música (siempre y cuando lo incluyan en sus repertorios, algo que es muy habitual).

Tras esta introducción, pasamos a comentar la pieza musical, pieza muy rítmica que comienza con una introducción en la tonalidad de Sol m con matiz F, acentuando todas las notas y produciendo a su vez un efecto stacatto. Este mismo tema sé reexponen con todos sus elementos, pero a la inversa, es decir, planísimo legato.

Esa misma secuencia se repite varias veces aunque cambiando el colorido instrumental. El colorido instrumental se consigue cambiando los timbres, es un juego de timbres, por ejemplo, primero jugamos con flauta y clarinete, luego con saxofón y bombardino. Al igual que en la pintura, el color es muy importante en la música y se consigue con los distintos timbres de los instrumentos.

Todo lo anterior nos lleva al tema A con 8 compases que se repiten y es lo que nos va a conducir a lo que contaba al principio, ese tema folclórico navideño de los campanilleros. Aquí se incluyen varios instrumentos de pequeña percusión como son: la pandereta, los cascabeles o la caja china.

Este tema está formado por 18 compases que se repitan, después se vuelve a exponer el tema A pero ya sin repetición, que nos conduce al trío final, el tema B; esto aparecerá en un cambio de tono de Sol m pasamos a la tonalidad de Sol M con lo que se consiguen mas brillantez en las melodías. El trío aparece con un esquema pizzicatto de corcheas, arpegiado para conducir una melodía legato. Este tema B lo componen 10 compases que se reexponen en forma de B´, ya que la melodía está mas desarrollada. Cambia el matiz de p, pasamos a F y ahora nos encontramos con un ritmo más enérgico, además cambia la instrumentación, todos van en tutti, para llegar así a una cadencia final perfecta de Sol M con golpe seco de corchea.

“Ntra. Sra. De la Caridad coronada”.

Marcha procesional inspirada en el XXV aniversario de la coronación de Nuestra Señora de la Caridad, Patrona de Sanlucar de Barrameda, localidad en la que nace y vive su autor, José Antonio López Camacho, Director a su vez de la Asociación Filarmónica banda de música “Julián Cerdán” del mencionado municipio gaditano.

Ntra. Sra. de la Caridad Coronada es un modelo o claro estilo de lo que hoy en día es la marcha procesional contemporánea.

José Antonio López Camacho, incluye en su marcha la corneta. Esta marcha fue compuesta y estrenada en el año 1999.

Como podemos escuchar, tiene un comienzo fuerte, con acentuado ritmo asincopado en el viento metal que va conduciendo una melodía, la cual utiliza en el primer compás, todos los elementos que va a utilizar en el desarrollo, adornando dicha melodía, hay una segunda, que es ejecutada por las cornetas en Do. Esta introducción, cuya tonalidad es de DO M consta de ocho compases que se repiten en primer lugar con cadencia suspensiva y en segundo lugar con cadencia conclusiva. Luego, aparece en tema A que se expone con una melodía, dulce, expresiva, legato en el viento madera, acompañada por unos grupos de tres corcheas, precedido de un silencio, que va a dar mas movimiento a la melodía.

Tiene una duración, éste tema A, de 8 compases que se reexponen con algunas variaciones, como por ejemplo, ahora nos encontramos con un contrapunto y un diseño muy melódico de cornetas y trompetas, con blancas y tresillos de negras que nos conducen a un fuerte clásico, dentro de la forma de marcha procesional moderna.

Ese fuerte, que así se denomina a aquel tema cuya melodía es interpretada por los bajos y el acompañamiento por el viento madera, consta de 8 compases, que se repiten, pero en esta ocasión con un nuevo tema como contrapunto de los graves, producida por cornetas y trompetas. En los 16 compases de este fuerte, el viento madera mantiene un esquema rítmico de corcheas y semicorcheas que es también, acompañado por la caja de percusión.

Cuando termina el fuerte con cadencia perfecta de DO M, desembocamos en el tema A, ya que por ejemplo, el requisito ejecuta la melodía en una octava mas aguda que los clarinetes y ahora no va a haber repetición, para con una modulación cromática, deslizarse al trío final, tema B. El trío está en la tonalidad de FA M (4º grado de Do). Comienza el mismo, con una melodía dulce y expresiva, que es rota armónicamente por las trompetas, trompas y bombardinos.

El trío de Ntra. Sra. de la Caridad Coronada muestra unos procesos modulantes, para conseguir una inestabilidad armónica, donde aparecen, llamadas de trompeta, notas tenidas.... para conseguir este efecto. Este tema B, que sé reexpone, tiene 20 compases, en el que las trompetas hacen de soldadura con elementos rítmicos empleados en el transcurso de la marcha. Como ya hemos dicho se expone el tema B en forma de B´, ya que la melodía aparece totalmente armonizada con un colorido instrumental agresivo, en cuanto a su intensidad tímbrica y un contrapunto imitativo al tema principal. En el tema B´ podemos diferenciar tres secciones donde se reparte por un lado el viento madera con las trompetas, que hacen la melodía principal y las segundas voces; por otro lado los saxos tenores y bombardinos, haciendo el contrapunto imitativo; y por otro lado el resto del viento metal, tubas y trombones, haciendo el acompañamiento rítmico, todo eso adornado naturalmente por los instrumentos de percusión, caja, bombo y platillos.

Este tema B´ concluye con una cadencia perfecta de Fa M, pero su autor, respetando la forma sonata nos envía un acorde puente cromático, al principio de la obra para reponer la introducción concluyendo con la cadencia V-I, cadencia perfecta de Do M dominante a su vez de la tonalidad que teníamos en el trío.

7. Repercusión política y económica.

Tanto la Semana Santa como las marchas procesionales tienen una repercusión muy importante en el plano político y económico.

En política la Semana Santa es un buen momento que todo partido aprovecha para agradar a sus ciudadanos. Cada ciudad, sea cual sea sus características y su estilo, recibe a la Semana Santa de la mejor forma posible, también tenemos que nombrar a la meteorología siempre y cuando no llueva, fiel época del año en la Semana Santa queda encuadrada, es la primavera, bien pues los ayuntamientos aprovechan la situación para pugnar por hacerse un hueco en la más que cargada agenda cofrade. Así cada ayuntamiento engalana sus calles de la mejor forma posible, colocando palcos por las principales calles de la ciudad que será la denominada Carrera Oficial, e inclusos algunos piden que se adornen casas y balcones, también los miembros del ayuntamientos como el alcalde y concejales, hacen acto de presencia en actos cofrades, como pregones, conciertos de bandas y alguna que otra misa importante de alguna hermandad, pero normalmente esta hermandad también es de las más importantes.

El público cofrade cada vez es más exigente y saben valorar el buen trabajo realizado por los ayuntamientos en la Semana Santa por eso es una buena oportunidad para ganar la confianza del respetable.

Si importante es la Semana Santa en el terreno político no digamos en el económico, donde todas las ciudades, sobre todo en Andalucía, son declaradas de interés artístico cultural y zonas turísticas nacionales e internacionales. Todo esto conlleva a prepararse para recibir una influencia masiva de público que se hará notar en hoteles, restaurantes, bares, tiendas, que en Semana Santa ven una especie de entremés para la llegada del verano.

Pero no solo beneficia a esos sectores sino también las bandas de música con los contratos en distintas hermandades, pero por desgracia hay todavía gente que no valora esa música, pero bueno eso no se nombra sino que se habla de que la Semana Santa es una buena salida a los problemas económicos de las bandas de música.

También se benefician los fotógrafos, estilistas, y como no los talleres de bordados, orfebrería, imaginería, dorado, carpinterías, tallistas, fabricas de ceras, floristas, y una larga lista de gente que trabaja mas que nada para esta época del año.

Así pues, llegamos a la conclusión de que la Semana Santa y su música tiene una gran importancia sea cual sea el terreno a tratar, esperamos y deseamos que esto nunca cambien y si es posible que mejore en todos los aspectos, para mejor disfrute del público cofrade y en general.

Y como suelen terminar un pregón de Semana Santa:

DE TODO LO DICHO, DAMOS FÉ.

8. ANEXOS.

En los anexos vamos a introducir lo siguiente:

  • Fotografías sobre los distintos autores que hemos ido nombrando a lo largo de este trabajo.

  • Vídeo sobre las bandas de música tanto en la calle en un desfile procesional de Semana Santa como en un concierto de bandas de música.

  • Dos cd con marchas que se han nombrado en el trabajo incluidas las tres que hemos desarrollado.

  • Los tres guiones de las marchas que hemos desarrollado en el trabajo.

  • Las transparencias de las marchas desarrolladas en este trabajo que se expusieron en clase.

  • Cinta de casette con el disco de Semana Santa de Juan Lebrón, donde se aprecia la trascripción a orquesta de algunas marchas procesionales.

  • Materiales de la exposición.

9. Bibliografía.

Para la realización de este trabajo hemos investigado y escuchado varias obras para la realización de las estructuras, obras que especificaremos en la discografía, y a la misma vez nos hemos apoyado en un libro de texto, el cual nos ha servido de fuente junto a las personas y varios directores de bandas que nos han ayudado en cuanto a las estructuras, el libro es:

  • Carmona Rodríguez, M. Un siglo de música procesional en Sevilla y Andalucía. Por la edición de Rosario Solís. Castilleja de la Cuesta (Sevilla), 2000.

10. Discografía.

  • Banda de Música del Maestro Tejera. La Saeta. Ediciones Pasarela 1995, Sevilla.

  • Soria 9. I Antología de marchas procesionales. Edición Pasarela 1996, Sevilla.

  • Soria 9. II Antología de marchas procesionales. Edición Pasarela 1997, Sevilla.

  • Banda de Música del Regimiento Inmemorial del Rey. La Catedral de Sevilla. Edición Pasarela 2000, Sevilla.

  • Asociación Filarmónica “Julián Cerdán”. A orillas del cielo. Edición Pasarela 2000, Sevilla.

Índice.

  • Introducción.

  • Las Bandas de Música.

  • Alejamiento de las bandas militares de los desfiles procesionales sevillanos.

  • La música cofrade transcrita a orquesta.

  • Marchas procesionales:

  • Origen e Historia.

  • Música procesional de la primera época.

  • Larga y fructífera singladura.

  • Los adelantados del género.

  • Amarguras” la leyenda.

  • Hechos destacados en los años treinta.

  • La década de los cuarenta.

  • La década de los cincuenta.

  • La década de los sesenta.

  • La década de los setenta.

  • La década de los ochenta.

  • L a década de los noventa.

  • Diferentes estilos de marchas procesionales.

  • Repercusión política y económica.


Marcha Procesional

Marcha Procesional

De Wikipedia, la enciclopedia libre

La Marcha Procesional es la música que ha sido concebida y puesta al servicio de las cofradías y hermandades, para acompañar musicalmente los desfiles procesionales.

Es un género musical que debe contar con unos requisitos de “estructura” y “estilo o carácter”; la “estructura” hace referencia a la “forma musical” conocida como “marcha”, la cual consta de Tema, Desarrollo, Trío y Reexposición del Tema, pudiendo en ocaciones contar con una Introducción y una Coda. El “estilo o carácter” queda fijado por el Compás, el Ritmo, el Tempo y la adaptación y adecuación al acto para el que ha sido concebida la obra, la procesión.

La Marcha Procesional goza de gran popularidad en España y en otros paises como Italia y Guatemale, y forma parte del repertorio musical de las Bandas de Música.

Contenido

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Siglo XIX. Orígenes [editar]

Enraíza en la segunda mitad del siglo XIX, y lo hace bajo el concepto de marcha fúnebre, forma musical muy recurrida durante esta centuria, albergada bajo la corriente estilista del Romanticismo. De ella emanaron grandes composisiones que posteriormente, y debido al escaso repertorio a que tuvieron que enfrentarse las primeras bandas de música, fueron adaptados, siendo tocadas en las procesiones de Semana Santa, continuando hoy en día, vigentes en algunos lugares. Este es el caso del segundo movimiento de la Sinfópnia nº 3 de Beethoven; de la marcha fúnebre que Frederic Chopin compuso para el segundo movimiento de su Sonata para Piano nº 2; la marcha fúnebre de Sigfrido de la ópera “El Ocaso de los Dioses” de Richard Wagner; la marcha "Juana de Arco” de Gounod; las marchas fúnebres de Schubert; o el "Adios a la Vida" de la ópera Tosca de Giacomo Puccini; entre otras.

Banda de Musica de Sarria. Sarria, Galicia.
Banda de Musica de Sarria. Sarria, Galicia.

Pero muy pronto comenzarían a aparecer las primeras marchas fúnebre compuestas específicamente para nuestras cofradías y hermandades.

Aunque aún hoy queda mucho por investigar, se considera a José Gabaldá Bel, quien fuera director de la Banda de la Guardia Real en Madrid, uno de los primeros autores en componer expresamente para la Semana Santa. Su serie de marchas fúnebres, entre las que se encuentran las tituladas “El Llanto” o “Soledad”, acompañan a la célebre adaptación de la marcha fúnebre de la ópera Ione del maestro Enrico Petrella.

Pronto tomaría la alternativa Andalucía. Así, aunque existen referencias que apuntan a la existencia de marchas fúnebres ya en la segunda mitad del XIX, si nos atenemos a los documentos, es la marcha fúnebre compuesta por el cordobés Rafael Cebreros para la Semana Santa de Sevilla, y que se publicó en 1874. En 1876, y en Cádiz, Eduardo López Juarranz, compone la marcha fúnebre “La Piedad” en honor a la corporación del mismo nombre de esta ciudad. En años sucesivos, Juarranz, acometería nuevas marchas, entre la que destaca la también célebre “Pobre Carmen”, común en innumerables ciudades españolas.

En Córdoba, Eduardo Lucena Vallejo, músico destacado del romanticismo andaluz, compone, en 1883 “Un Recuerdo”, marcha dedicada expresamente al Ayuntamiento de Córdoba, siendo director de la Banda Municipal de esta ciudad andaluza, formación en la que el propio Lucena, Cipriano Martínez Rücker y Juan Antonio Gómez Navarro, dejaron un curioso e importante catálogo de marchas fúnebres.

Pero, si hay una época dentro del siglo XIX que resultó verdaderamente prolífera, esta fue la década de los noventa, saliendo a la luz marchas como “El Señor de Pasión” de Ramón González, compuesta en Sevilla en 1997; “El Destierro” de Vicente Victoria Valls, compuesta en 1891 en la ciudad de Cartagena; “Pange Lingua” y "Sacris Solemnis” compuestas en 1898 en San Fernando por Camilo Pérez Montllor; o las muy famosas "Virgen del Valle", compuesta por Vicente Gómez Zarzuela en 1898 y “Quinta Angustia”, compuesta por José Font Marimont en 1895. Ambas marcarían el estilo de otras muchas composiciones que le precederían.

Ya desde esta época tan temprana, algunas de ellas comenzarían a introducir melodías que podríamos llamar “alegres” dentro del patetismo propio de la marcha fúnebre. Así es el caso de las mencionadas “Pobre Carmen”, “Un Recuerdo” o “El Señor de Pasión”.

Siglo XX [editar]

Consolidación y desarrollo [editar]

Aunque como ya se ha mencionado existe un punto de inflexión personificado en Sevilla en Vicente Gómez Zarzuela y en la saga de los Font; en otros lugares de España como Cartagena, Madrid, e incluso Canarias, donde, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, Santiago Tejera Ossavarry, compone la marcha titulada "La Espada del Dolor"; se continuaba componiendo siguiendo estrictamente la estética establecida por la marcha fúnebre, es decir, haciendo caso omiso a lo establecido por “Virgen del Valle”. Es en este momento cuando el género comienza a desarrollarse, adquiriendo personalidad propia, y haciendo que las bandas militares se constituyan como referente en este estilo musical.

Banda Primitiva de Llíria en el Palau de la Música de Valencia.
Banda Primitiva de Llíria en el Palau de la Música de Valencia.

Los años veinte serían testigos de la aparición de la revista musical “Harmonía”, fundada por el empresario y músico guipuzcoano Mariano San Miguel Urcelay, y autor de dos piezas que dejarían clara la maestría de su autor, nos referimos a la famosa “Mektub”, compuesta en 1925, y “El Héroe Muerto”, que data de 1929. A su revista acudirían a enriquecer sus repertorios las bandas, surtiéndose de piezas famosas y desconocidas.

Es en este momento, 1929, cuando surge una de las marchas que hoy por hoy goza de mayor popularidad. Se trata de “Rocío”, marcha que aunque no puede ser calificada como original, fue compuesta por Manuel Ruiz Vidriet, y dedicada a la Virgen del Rocío de Almonte, sirviéndose de una melodía mexicana, la canción “La Peregrina”, y de parte de una composición original de Joaquín Turina Pérez, perteneciente a su poema sinfónico “La Procesión del Rocío” .

De igual manera, en el primer tercio del siglo XX se produce un hecho verdaderamente curioso, la aparición de las primeras marchas para bandas de cornetas y tambores, y el surgimiento de los primeros poemas sinfónicos en forma de marchas fúnebres, dos aspectos diametralmente opuesto.

Los Font [editar]

Hemos mencionado anteriormente a la famosa saga de músico de la familia Font. José Font Marimont, músico llegado a Sevilla en 1876 para ponerse al frente de la Banda de Música Militar del Regimiento Soria 9, y que en 1887 firma su primera marcha fúnebre dedicada a la Carretería, fue el iniciador de esta familia. Pero es su hijo Manuel Font Fernández de la Herranz, quien realizara la orquestación de la composición de su padre “Quinta Angustia”, y quien fuera director de la Banda Municipal de Sevilla, quien se constituiría como verdadero tronco de la saga.

Las composiciones de los Font emanan sinfonismo. “A la memoria de mi Padre”, "Expiración", "Sagrada Lanzada" de Manuel Font Fernández, y “Resignación” de José Font de Anta son portentosos ejemplos de sus marchas. “Camino del Calvario” compuesta en 1905, y “Amargura”, en 1919 , emblema musical de la Semana Santa de Sevilla, ambas de Manuel Font de Anta, son ejemplos de verdaderos poemas sinfónicos en forma de marchas fúnebres. En 1918, este último sorprendió con “Soleá dame la Mano” una composición marcada por el nacionalismo e impresionismo.

Germán Álvarez Beigbeder [editar]

Jerezano de nacimiento, durante su actividad artística vive diferentes etapas dentro de la historia de la marcha procesional. Así, sus primeras marchas fúnebres, que verían la luz en 1900, están impregnadas de un gran patetismo, mientras que las últimas, están marcadas por un carácter más alegre. Entre unas otras pasarían sesenta y tres años durante los cuales, nos dejaría un repertorio limpio, bello, perfecto, que enaltecería la calidad media de las marchas que hasta su desaparición se estrenaron.

Germán Álvarez Beigbeder vino a enriquecer el patrimonio musical de las cofradías de la zona de Jerez de la Frontera y Cádiz, destacando entre sus bellas marchas fúnebres “Al pie de la Cruz” compuesta en 1900, “Ntra. Sra. de la Soledad” en 1905, o “Memoria Eterna” en 1907.

En 1906, con “Ntra. Sra. del Rosario” introduce novedosamente la corneta en una marcha para banda de música. Coetáneo de músicos como Turina, su obra está impregnada de un marcado carácter nacionalista. Fue músico Mayor de la Armada estando al frente de la Banda del Tercio de Infantería de Marina de San Fernando, y fundador de la Municipal de Jerez de la Frontera.

Manuel López Farfán [editar]

Este músico marcó una época en la historia de la Marcha Procesional a partir de los años 20 del pasado siglo, estando al frente de la Banda del Soria 9. Así, en marchas como “Ntra. Sra. del Mayor Dolor” de 1927, “La Virgen en sus Lágrimas”, compuesta en 1926, o “La Victoria de María” del año 1921 se hace presente unos amplios pasajes en los que los bajos cobran gran protagonismo. Pero, 1924 y 1925, tienen gran importancia dentro de su historia compositiva porque en ellos ven la luz dos marchas insignias de la semana santa andaluza. Hablamos de “Pasan los Campanilleros” y “La Estrella Sublime”. “La Esperanza de Triana” y “El Dulce Nombre” merecen igualmente ser mencionadas.

Cartagena [editar]

Cartagena merece, como ciudad, un lugar destacado en la historia de la marcha procesional, ya que ha sido testigo de grandes momentos para la música para banda en España. En esta ciudad se produjo el estreno de uno de nuestro iconos musicales, estamos hablando del pasodoble "Suspiros de España[1] obra del Maestro Antonio Álvarez Alonso, estando al frente de la Banda de la Infantería Marina, el musico Ramón Roig Torné.

La Piedad, Semana Santa de Cartagena.
La Piedad, Semana Santa de Cartagena.

Fueron ellos, Roig Torné y la Banda de la Infantería Marina, junto a otros muchos compositores que pusieron su genio creativo al servico de la semana santa, quienes dieron forma a la música procesional de Cartagena en concreto, y, por extensión, de toda la provincia de Murcia. Así, podríamos citar la marcha fúnebre titulada “Marcha Lenta” de Jerónimo Olivar, o “La Agonía” de Alfredo Javaloyes, así como la obra “Primera Caída” del propio Ramón Roig Torné, entre otras muchas.

Guerra y postguerra [editar]

La crisis que conlleva la Guerra Civil Española también se hace presente en todo lo que concierne a las cofradía, afectando, lógicamente, a la música procesional. Muchos son los compositores que pasan por malos momentos. Manuel Font y de Anta encuentra la muerte a muy temprana edad, muchas bandas subsisten de forma muy precaria, algunas cofradía dejan de procesionar, desciende el número de composiciones de marchas procesionales, y las que ven la luz, presenta melodías dramáticas. “VI Dolor” de Manuel Borrego Hernández, junto a alguna obra de Farfán, son testimonios vivos del periodo.

Con la postguerra, poco a poco se vuelve a la normalidad, y el arte al servicio de las cofradías, donde no podía faltar la música, se recupera. Entra en escena la llamada generación de la postguerra, y en ciudades como Córdoba, Jerez de la Frontera y Granada aparecen músicos que logran superar el difícil momento y dedican a las Imágenes Sagradas grandes melodías. Entre ellos nombres como el de Antonio Pantión Pérez, que con “Jesús de las Penas” firma, en 1943, una las página de oro en la historia de la marcha procesional, el ya mencionado Manuel Borrego Hernández, Francisco Melguizo Fernández, Enrique Báez Centella, Rafael Márquez Galindo, Germán Álvarez Beigbeder, Emilio Cebrián Ruiz, Pedro Gámez Laserna, Pedro Braña Martínez o el archiconocido Jaime Texidor Dalmau.

Emilio Cebrián Ruiz [editar]

Emilio Cebrián Ruiz es sin duda uno de los mayores exponentes dentro de la música para banda en España. Parte de su obra ha logrado adquirir carácter inmortal, estando presente siempre en el repertorio de infinidad de agrupaciones. Sus pasodobles “Churumbelerías”, “Ragón Falez”, “Evocación”, “Una noche en Granada” son muestra de ello.

Pero no se quedaría atrás en la marcha procesional, todo lo contrario, •…las marchas procesionales de Emilio Cebrián destacan por una cuidadísima construcción, una vocación especialmente melódica y unos giros llamativos…”. Estas adquieren su forma durante el tiempo que está al frente de la Banda Municipal de Jaén. “Ntro. Padre Jesús” , marcha compuesta en 1935, y que está dedicada al Nazareno de Jaén, El Abuelo, reúne todas las condiciones ideales para ser un verdadero modelo, siendo fuente de inspiración para muchos compositores. Hizo suyo el esquema definido por Farfán en 1925 con “La Estrella Sublime” y que constaba, como ya hemos dicho, de Introducción, primer tema, fuerte de bajos contundente y trío final, sin la participación de las cornetas, creando una línea distinta.

Ntro. Padre Jesús” es, sin duda alguna, y con diferencia la marcha más universal en España, estando presente en los atriles de bandas de toda la geografía nacional. Ha sonado, sigue sonando en procesiones de Castilla La Mancha, Murcia, Andalucía, Extremadura, Madrid, Canarias, etc. Después llegarían “Cristo de la Sangre” en 1941, “Jesús Preso” en 1943 y “Macarena” en 1943.

Pedro Gámez Laserna [editar]

Transcurre su vida artística entre Córdoba, dirigiendo la Banda Militar del Regimiento de Infantería de Lepanto, y Sevilla, dirigiendo la del Regimiento Soria 9. Impregnó la marcha procesional con cierto carácter militarista aportando unas instrumentaciones muy completas y logradas enalteciendo sus originales melodías y dandole gran lucimiento a los instrumentos teniendo siempre en cuentas sus tesituras y posibilidades tímbricas.

En 1949 con “Saeta CordobesaPedro Gámez Laserna logra, como nadie antes había hecho, fundir la saetilla dentro de la marcha urdiéndola de manera primorosa con ricas armonías y contrapuntos, como ya habían hecho anteriormente Farfán, o Pascual Marquina Narro en su “Procesión de Semana Santa en Sevilla”. “El Cachorro Saeta Sevillana”, compuesta en 1967, es la mejor de sus composiciones destacando además “Pasa la Virgen Macarena” de 1959, “María Stma. Del Subterráneo” de 1961 o “Sevilla Cofradíera” de 1972.

Pedro Braña Martínez [editar]

El asturiano de nacimiento, Pedro Braña Martínez sin duda alguna se encuentra entre los compositores más destacados de la postguerra. La puesta al frente de la Banda Municipal de Sevilla se considera providencial para el patrimonio musical de la semana santa sevillana, que tras la guerra atravesaba, como otras muchas, momentos malos.

Su forma de entender la marcha procesional, unida a un marcado sentimiento religioso, fueron los ingredientes necesarios para producir un repertorio de gran delicadeza. Sus obras rebosan de elegancia, comenzando por “Angustia” compuesta en 1945, y siguiendo con “Ntra. Sra. del Patrocinio” de 1953 y terminando con “Salmo Penitencial” en los años noventa, todas ellas de gran categoría. Pero sin duda alguna, de entre toda su obra destaca “Coronación de la Macarena” compuesta en el año 1964 expresamente para la Coronación Canónica de la Esperanza Macarena.

Recuperación del estilo de López Farfán [editar]

Como hemos visto, durante el triste periodo ocupado por Guerra Civil Española y la postguerra, la marcha procesional se había caracterizado por una marcada tristeza y seriedad, sólo roto de manera muy tímida, en alguna obra concreta. Pero la aparición en el panorama musical sevillano de Santiago Ramos Castro en 1953 supuso la recuperación del estilo de López Farfán, y lo hace con la composición de la marcha “Virgen de las Aguas”. En adelante serían cada vez más los que recurrirían al estilo “farfaniano” a la hora de componer música procesional.

Semana Santa de Valladolid.
Semana Santa de Valladolid.

Esto en cuanto a lo que a Sevilla concierne, ya que en el resto de Andalucía no se produciría la aparición de marchas de este tipo hasta bien entrada la década de los años ochenta, también, salvo excepciones. Mientras, la marcha procesional experimenta un desarrollo nunca antes visto, apareciendo nuevamente, la figura del músico militar, como el ya tratado Pedro Gámez Laserna o como Juan Vicente Mas Quiles. Quien, tras pasar por la ciudad hispalense, recala en Valencia sin dejar de firmar partituras religiosas. Otros nombres salen a la palestra, como el caso de Pedro Morales Muñoz quien hoy es leyenda viva. A este periodo se la ha denominado la edad de oro de la marcha procesional en contraste con el sombrío periodo anterior.

Ricardo Dorado Janeiro [editar]

Sin duda alguna Ricardo Dorado Janeiro es la figura más importante de la música para banda militar. Formó parte del Cuerpo Nacional de Directores Militares, dirigiendo distintas bandas militares y centrando su actividad de manera especial en Madrid. Pero una figura de su calibre no podía quedar al margen de la marcha procesional. La obra de Dorado es a la marcha procesional, lo que “Virgen del Valle” es a la marcha lenta, el máximo exponente.

Todas sus obra datan del periodo de los años cincuenta y sesenta,así nos encontramos con “Hosanna”, “Getsemaní”, “Oremos”, “Cordero de Dios” y, como no, la celebérrima “Mater Mea”. Todas poseen una estructura canónica, constando de “… una pequeña introducción y un tema principal ampliamente desarrollado que con posterioridad desembocará en un delicado trío final de bella instrumentación.”

Pedro Morales Muñoz [editar]

Discípulo de Pedro Gámez Laserna, Pedro Morales Muñóz ha sido, a su vez, maestro de buenos compositores. Recibió de aquel la batuta de la Banda del Regimiento Soria 9, y la ostentó hasta que la cediera, en los años ochenta, a Abel Moreno Gómez.

Jiennense de nacimiento Pedro Morales bebió del estilo de Farfán y, posteriormente, de Santiago Ramos y Pedro Gámez, comenzando a estrenar marchas con un marcado carácter sevillano, enfatizadas por el uso destacado de la corneta. Desde la aparición de “Esperanza Macarena” en 1968, “Virgen de Montserrat” en 1970, “Virgen del Refugio” en 1981, y hasta “Señorita de Triana” en 1999 sin olvidarnos de sus extraordinarias marchas fúnebres “La Soledad” obra de 1991 o “Juan Jesús” de 1998, su trayectoria es impecable y de una gran calidad. Sin duda alguna, es el mejor exponente de la siguiente etapa.

Comercialización e industrialización [editar]

A partir de mediados de los años setenta, se produce en Sevilla un fenómeno que revolucionaría el mundo de la marcha procesional. La aparición de cuadrillas de hermanos costaleros traería consigo un cambio nunca antes visto. Este colectivo comienza a adquirir una gran importancia a la hora de elaborar los repertorios de marchas que habrían de ser interpretados por la diferentes bandas de música en sus procesiones, tendiéndose a seleccionar aquellas marchas que, según su opinión, favorecían el ritmo y el paso del costalero, rompiéndose con el hábito que suponía que el costalero, únicamente, era el encargado de llevar el paso. Ahora, la música queda supeditada al paso, llegándose al punto de que los compositores se ven obligados a componer para el costalero, quedando en segundo plano criterios estrictamente musicales.

Esto en lo que a Andalucía concierne. En otras zonas de España, se continua manteniendo el estilo de marcha seria, lenta, como queda demostrado en títulos como “La Lanzada” que compuso en Cartegena José Torres Escribano en 1981, “La Vía Dolorosa” obra de Aurelio Fernández Cabrera, compuesta en Cuenca en 1992, o “La Soledad” obra firmada en Zamora por Carlos Cerveró Alemany también en 1992, etc.

En Andalucía, la composición de marchas fúnebres que relegada a un segundo plano, eclipsada por el auge experimentado por aquel estilo de marchas alegres y con cornetas creado por Farfán años atrás. Esto ha motivado un progresivo deterioro del género, perdiendo fuerza la posibilidad de aparición de composiciones de calidad.

Todas esto ha sido la chispa que ha llevado a la marcha sevillana a infiltrarse en ciudades del entorno, provocando que ciudades como Córdoba, Almería, Jaén, Huelva o Cádiz se vean contagiadas por la escuela hispalense, sumándose a la vorágine de la creación de marchas para sus hermandades. El origen, la aparición en el mercado de los trabajos discográficos de la Bandas Soria 9, con Abel Moreno al frente.

Abel Moreno Gómez [editar]

El onubense Abel Moreno Gómez es, de entre los compositores de la historia de la marcha procesional, el más popular. Su obra se ha extendido por toda la geografía nacional, saltando incluso los mares, siendo interpretadas en alguna que otra ciudad de América. En el momento en que se pone al frente de la Banda del Soria 9, en el año 1884, la marcha procesional había comenzado a experimentar un crecimiento que se mantiene hoy en día. Abel Moreno fue consiente de los recursos que se habían puesto a su alcance: una banda de gran técnica, la ciudad con sus cofradías y sus hermanos costaleros, deseosos de poder contar con marchas que les hacieran sentir cómodos en la calle, y una industria germinante, conocedora de las posibilidades de este tipo de música.

Sus marchas son sencillas, agradables al oído e interpretables para cualquier tipo de banda. Con “Hermanos Costaleros” compuesta en 1985 se establecen los principios de su estilo, el cual queda consolidado en obras posteriores como son “Cristo de la Presentación” de 1985, “Macarena” de 1988, “Madre de los Gitanos Coronada” de 1988, las marchas fúnebres de “Al Señor de Sevilla” compuesta en 1988 o “Cristo de la Agonía” en 1991 y como no, la obra que lo encumbró, “La Madrugá” firmada en 1987.

Perfecto Artola Prats [editar]

Estandarte de la marcha procesional malagueña, Perfecto Artola Prats, valenciano de nacimiento “…sentó cátedra y creó el más sólido modelo de la marcha procesional en Málaga”. En 1931 ingresa como clarinetista en la Banda Municipal de Málaga, pasando a ser director años más tarde, desde1945 a 1951 y en segunda ocasión, ya jubilado, a partir de 1974, y de forma altruista. Sus marchas aparecen cuando Artola ostenta la dirección de esta banda por segunda vez, es decir, a partir de 1974. De entre sus casi treinta marchas, merecen mención “Virgen de Gracia” compuesta en 1985, “Jesús de la Pasión” en 1985, “Coronación de la Virgen de los Dolores” en 1986, y “Ntra. Sra. de la Soledad” compuesta en 1989.

La situación actual [editar]

Hoy los compositores se encuentran en una complicada situación. De un lado, aquellos que quieren componer están avocados a innovar, encontrándose, no pocas veces, con la oposición de los intereses y la moda añadiendo nuevos horizontes y lenguajes, aunque no son pocas las veces que sus partituras chocan frontalmente con los intereses imperantes o la moda. Del otro lado están aquellos que fabrican música siguiendo los cánones preestablecidos, adaptándose a los moldes que marcan la industria, dando demasiada importancia a solos de determinados o insertando melodías que nada tienen que ver con la música procesional.

Aquellos difícilmente se hacen notar, estos gozan de los privilegios y del prestigio que pone a su servicio el sistema.

Pero el futuro es alentador, últimamente ha surgido una especie movimiento historicista que pretende dignificar la esencia de López Farfán, Gámez Laserna, Álvarez Beigbeder, Braña, etc.

En Málaga, Francisco Javier Moreno, José Antonio Molero, Miguel Pérez Díaz, así como el consagrado músico militar Eloy García, autor en los últimos años de piezas de gran envergadura, son componentes de una prometedora generación. En Sevilla, Francisco Javier Alonso Delgado, con marchas como “Madre de Dios de la Palma”, “Madre Dolorosa” o “Virgen Macarena”, esta dejando muy claras sus cualidades; los rasgos sinfónicos de José de la Vega deslumbran a quien los escucha; Manuel Marvizón Carvallo, con sus tan originales composiciones, se ha convertido en un balón de oxigeno, “Madre Hiniesta”, “Candelaria”, “Esperanza” o “Virgen de las Mercedes” son muestras de su excelente labor. Completan el elenco, Francisco Pastor Bueno, David Hurtado, José Manuel Bernal, José Manuel Delgado, Juan Antonio Barros Jódar, Juan José Puntas Fernández y por supuesto el incombustible Pedro Morales.

La meyor capacidad técnica de las bandas de música, debida a la mejor formación de sus componente, muchos de ellos formados en conservatorio; la conciencia creciente sobre el patrimonio musical y la presencia de determinados compositores, auguran un futuro prometedor.

En Guatemala son tambien conocidas la marchas fuenbres y sus numerosos autores tales como: Victor M. Lara Escritor de "A los pies del maestro", "Nazareno de Cotz." Y "Dios es amor"

Bibliografía [editar]

  • HISTORIA DE LA MARCHA PROCESIONAL PARA BANDA DE MÚSICA, Mateo Olaya Marín. Artículo publicado en la revista "Nazarenos", nº1 -Cáceres-.

Enlaces externos [editar]